El día de hoy compartimos un artículo interesantísimo de nuestros amigos de SIGNO EDITORES, esta información forma parte de la colección de Medicina Natural.
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El médico acupuntor inicia sus sesiones con un interrogatorio detallado del paciente, valorando las expresiones y descripciones subjetivas que hace y, sobre todo, la caracterización completa de los síntomas, especialmente del dolor: cuándo y cómo aparece y desaparece, en qué momento y de qué forma se intensifica o se alivia, si es fijo o tiene una irradiación o recorrido, etc. A continuación procede a la exploración manual, al reconocimiento de la piel y a un atento examen de los pulsos radiales del paciente.
Una vez establecido el diagnóstico, el acupuntor decide qué meridianos y qué puntos deben ser tratados, es decir, dónde deben insertarse las agujas para procurar el restablecimiento del equilibrio perdido. Las agujas, extremadamente finas, pueden estar hechas de diversos metales: oro, plata o acero inoxidable; estas últimas son las más utilizadas hoy en día. El acupuntor las introduce unos milímetros por debajo de la piel en los puntos elegidos, ayudándose en ocasiones de un movimiento rotatorio para facilitar la penetración, en un orden determinado y siguiendo el recorrido de los meridianos. En general, y gracias a la pericia de estos profesionales, la introducción de las agujas es completamente indolora.
Las agujas permanecen clavadas sobre el cuerpo entre 10 y 20 minutos y, durante este tiempo, si es necesario, el acupuntor las «trabaja», es decir, les imprime un ligero movimiento de rotación para facilitar el fin perseguido. El número y la frecuencia de las sesiones dependen de la enfermedad o del proceso patológico a tratar, y puede variar desde días alternos para procesos agudos y recientes, hasta visitas quincenales.
En general, no existen efectos secundarios y el paciente empieza a notar la mejoría a partir de las primeras sesiones. Puesto que la acupuntura utiliza agujas de metal que se insertan en la piel, existe la posibilidad de transmitir enfermedades a través de ellas, particularmente las hepatitis B y C, el sida y otras infecciones. Por esta razón, es necesario utilizar agujas desechables de uso único que posteriormente se depositarán en contenedores especiales.
Los efectos de la acupuntura tienen utilidades e indicaciones sobre distintas alteraciones y diversas partes del organismo. Puesto que el fin último de la acupuntura es el restablecimiento del equilibrio energético, resulta especialmente útil en casos de fatiga, estrés y agotamiento.
La acupuntura se aplica para aliviar o curar problemas, tanto agudos como crónicos. Entre los primeros se puede señalar el alivio del dolor y la inflamación producidos por traumatismos, esguinces, lesiones articulares y ligamentosas, así como las contracturas musculares dolorosas, como la tortícolis. Entre las lesiones crónicas dominan las artrosis, es decir, el tratamiento del dolor, la inflamación y la limitación de movilidad producida por lesiones degenerativas de las articulaciones.
Se aplica también para procurar alivio en trastornos digestivos (digestiones lentas y pesadas, vómitos y flatulencias) y alteraciones del tránsito digestivo, así como para actuar sobre problemas relacionados con la vesícula y las vías biliares.
Más información acerca de la acupuntura en la colección de Medicina Natural de Signo Editores.
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