En promedio los niños mexicanos ven 12.5 horas de televisión a la semana, que se traducen en 61 anuncios publicitarios por día y unos 22 mil al año. De éstos, cerca de 42% promueven alimentos, 39% golosinas, 12% frituras, 9% bebidas azucaradas, 8% galletas y 7% pastelillos. Esto contribuye a que siga aumentando el sobrepeso y la obesidad infantil en nuestro país.
Cada día se presentan más casos de niños con diabetes, hipertensión, tumores malignos, infartos y enfermedades degenerativas que no eran comunes hace años, estas patologías se asocian a los altos niveles de consumo de comida chatarra y al sedentarismo.
La obesidad se relaciona con la educación y los hábitos, no es un asunto genético solamente, no es cuestión de “mala suerte”.
Fuente: Secretaría de Salud y Gaceta Parlamentaria, Cámara de Diputados, número 2992-V, martes 20 de abril de 2010.
EL PODER DE LA TELEVISIÓN
La televisión tiene una influencia enorme sobre la forma en que los niños ven el mundo, en especial cuando no hay un adulto a cargo que le acompañe, guíe y explique lo que ve.
En la actualidad la televisión interviene en la crianza de los niños haciendo las veces de niñera, cuidadora o entretenedora, la publicidad en la televisión fomenta el consumismo, incita a ingerir alimentos a toda hora, en general poco saludables para los niños (bollería, golosinas, refrescos, comidas rápidas) que favorecen el desarrollo de caries y obesidad.
Los niños que miran la televisión por horas suelen tener sobrepeso, existe una conexión muy marcada entre mirar demasiada televisión y la obesidad, como ya lo hemos dicho, cuando miramos televisión y comemos no somos conscientes de la cantidad del alimento que ingerimos, ni lo disfrutamos del todo; además, a más televisión menos tiempo para actividades físicas, los niños dejan de jugar, crear, imaginar, leer, inventar y experimentar.
Finalmente recuerda que la publicidad es engañosa y poco ética, las empresas desean vendernos y nos mienten diciendo que todo es saludable, que los productos son seguros porque están adicionados con vitaminas y minerale, que las bolsitas de comida chatarra llena de azúcares, conservadores y colorantes ya cumplen con los lineamientos oficiales referentes al contenido calórico.
Revisa cuidadosamente las etiquetas de los alimentos que compras, elige lo que te nutre. Prefiere una alimentación más natural (frutas y verduras frescas, frutos secos, huevo, lácteos, carne, pollo, pescado, aceite de olivo) es más saludable y amigable tu organismo.
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