16 abr 2012

EL AZUCAR Y LA SACIEDAD, DILE ADIOS A LOS ATRACONES


El azúcar es una fuente de energía de fácil y rápida asimilación necesaria para el organismo, fundamentalmente para el cerebro, los músculos y el sistema nervioso. Al absorberse con facilidad produce un aumento rápido de los niveles de glucosa, siendo reconocida prontamente la sensación de saciedad.

En el control del apetito y la saciedad intervienen procesos metabólicos, fisiológicos y psicológicos.


Cuando tenemos prohibido comer algo, se exacerba el gusto por probarlo; si nuestra fuerza de voluntad es grande solemos experimentar irritabilidad y enojo al sentirnos privados de algo dulce que los demás si disfrutan; por otro lado, al “caer en la tentación” solemos experimentar frustración al sentir que damos pasos atrás en el camino hacia una vida saludable.


De ahí la importancia de no prohibir ningún alimento, lo más aconsejable es incluir con moderación incluso los antojitos dulces como postres, galletas o dulces; recuerda que siempre podemos hacer uso de nuestra creatividad y buscar las opciones más saludables.


Por otro lado, nuestro cuerpo necesita de los macronutrientes (grasa, proteína y carbohidratos), entre otras funciones, contribuyen al control del apetito, su potencial para hacerlo varía y es independiente de su densidad energética.


Los carbohidratos tienen una densidad energética de 4 kcal por gramo y poseen un importante efecto inhibitorio en el apetito promoviendo la saciedad. Entre ellos, el azúcar posee esta propiedad. Al absorberse con facilidad, promueve un aumento rápido de los niveles circulantes de glucosa en sangre, contribuyendo a la sensación de saciedad en el cerebro.


Numerosas investigaciones establecen relación entre el contenido energético del desayuno y el rendimiento a lo largo del día, entre más suficiente sea nuestro primer alimento de la mañana, menos atracones y picoteo experimentaremos al trascurrir las horas. ¡Asegúrate de incluir en tu desayuno y en el de tus hijos un carbohidrato, esto mejorará inclusive su rendimiento intelectual!


La obesidad puede y debe prevenirse iniciando acciones educativas desde los primeros años de vida, los hábitos saludables que adquirimos en la infancia son determinantes en nuestra calidad de vida en la edad adulta. Es necesario proporcionar a los niños conocimientos sobre una alimentación equilibrada, pero sobre todo experimentarla en familia.


Recuerda la importancia de una dieta equilibrada que no discrimine ningún grupo alimenticio, la restricción total de azúcar favorece mecanismos de compensación peligrosos como “el atracón” o “el rebote”.


¡La clave de una vida saludable es el equilibrio y la moderación!


Fuente: Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrates, Fat, Protein and Amino Acids (Macronutrients 2002)

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