16. Variedad temática
Tienes derecho a leer libros de poesía y enamorarte de a verdad, a leer libros de mitología y extasiarse mirando las estrellas, a leer libros de astronomía contemplando la rotación de los astros, a leer libros de historia pernoctando a campo traviesa en una noche de luna; a exigir que los libros digan la verdad acerca de la vida y del misterio de la muerte.17. Libros artesanales
Tienes derecho a que en la escuela y con los maestros practiques en elaborar libros de todo tipo, dándole formas de avión, de barco, de flor; a reconocer como libros a las plantas, sus flores y hojas, a los animales, su pelambre y ojos, a las calles, sus casas y esquinas, o a las manifestaciones populares, sus banderas y cánticos.
18. Preguntar
Tienes derecho a no dar ninguna respuesta sino a formular todas las preguntas con relación a los libros. A no hablar, si así lo decides, cuando una lectura te ha impactado, ni siquiera al regresar después de haber caminado largo rato bajo los árboles.
19. Comprensión lectora
Tienes derecho a pensar que la frase u oración más marginal de un texto contiene la idea principal, si a ti te parece; a que las pruebas de comprensión lectora las resuelvan los profesores o, de lo contrario, se arranquen esas páginas.
20. Un mundo nuevo
Tienes derecho a que tu concepto e imagen de los libros y de la lectura sean únicos, a perfilar en ellos tu identidad, a enlazarte allí mano a mano con todos los hombres de la tierra, vivos o muertos; a volver a soñar y construir a partir de ellos un mundo nuevo.
¡Que nos se nos acabe la curiosidad, la simpleza y el deseo por descubrir nuevos mundos a través de la lectura!